La escena consiste en dos imágenes reflejadas pero diferentes, separadas en el centro por un abanico. En ambas escenas Nefertari se enfrenta a un dios sentado en un trono. La reina viste una larga túnica semitransparente, anudada en el centro por una cinta roja. En la cabeza lleva el tocado nekhbet, exclusivo de las mujeres y diosas reales, consistente en el buitre nekhbet agarrando el símbolo shenu de la eternidad, una corona dorada para las grandes esposas de los faraones y rematada por dos largas plumas doradas en cuyo centro hay un pequeño disco solar. La reina lleva en la mano derecha el cetro sekhem, símbolo de poder y autoridad. La reina y el dios están separados por un montón de ofrendas sobre el que hay jarras de las que sale humo. La escena de la izquierda muestra a Osiris momiforme sentado en un trono. Aferra los emblemas del poder y lleva la corona de Atef y una barba postiza. Su piel es verde para recordar su relación con la naturaleza y el diluvio. Frente a él, sobre un atril, están los Cuatro Hijos de Horus.