La basílica es el resultado de la amplia reconstrucción de una basílica anterior que tenía el ábside al este y la entrada al oeste, a través de un amplio nártex tripartito del que se conservan los arcos divisorios. Dos filas de columnas de granito gris la dividían en tres naves. A mediados del siglo VI d.C., se creó un nuevo ábside en el nártex de la basílica de la fase I. En la segunda fase, la entrada principal a la basílica se realizaba a través de una escalinata que conducía a una especie de vestíbulo pavimentado con mosaico. La nave tenía suelo de opus sectile en el presbiterio y de mosaico en el resto de la parte oriental.